Si me vieras como estoy, ni yo me reconozco. "Me voy a fumar el último porque estás terminando conmigo" te dije hoy en sentados en una acera del barrio y cuando no teníamos más que hablar cada quien se fue para su casa. Hace un rato apagué todas las luces y dos escarabajos cafés de esos comunes están zumbándome frente al monitor, qué horror, qué anticlimático. "-¿Te quedaste con el libro de Diana Vreeland verdad? Es tuyo, te lo regalo. -¿En serio? Yo pensaba devolvértelo. -No please, keep it. -Bueno, lo agrego a la lista de cosas que salvar si se quema mi casa. Cuando hagás lo que hagás, invitame, I'll dress up for it ;)"
"Ya has visto el techo de la capilla Sixtina?"
"..y que dé gracias que no está en china, dice mi prima que los vendedores la agarraban del brazo para que no se fuera"
"Después te vás al manicomio y nadie dice nada porque pobrecito el loco"
"-We are too right? -Of course we are, de pensamiento, que es lo que hace al verdadero artista."
"-I jumped out of a freaking cab in motion. -I KNOW! You deserve to celebrate!"
"We can start it, others will follow but we will be the queens"
"-Hell yes I'm in. -Good. Ya estaba contando con vós anyway."
Perdón que te dejé hablando solo es que andaba matando uno de los bichos esos, pobrecito el otro que quedó de seguro eran amigos. En fin, el sábado pasé por nuestro parquecito y me reí yo solo viendo la parte quebrada de la estatua de Don San Martín el Sombrerudo. ¿Sabés en dónde dejamos el trofeo ese? Asaber. Fui donde Mayra hoy porque ví arriba y sentí que el cielo me sacaba el alma por los ojos, ella me dio café y pollo con aceitunas. "Amorcito si no le gustan démelas", así de tanto me conoce, qué linda. Luego Fabricio salió del cuarto y se me quedó viendo la cara. "¿¡Y es que todavía andás esa cosa!?" Sentí una punzada en el pecho porque si puedo serte honesto la escarcha ahorita me re-pugna, es como si anduviera listoncitos rojos amarrados en todo el cuerpo para recordar que ya no te importo, que te dá igual si tengo dinero para champagne o si Jimbo nos consigue buena mota. A quién voy a llamar para describirle a la doña ventruda que mete a su nieta miniatura por primera vez al mar? Con quién me voy a quejar de los gringos en mis delegaciones? Y si le veo una de las diademas que les regalamos en navidad a las viejitas fabulosas del centro, qué hago? Le tomo una foto y te la mando? Qué?
Nunca me pasaste la autobiografía de Dalí ni el otro de Simon Doonan, ni me diste los consejos de despedida que pensaste ayer y que hoy sentados en la acera se te olvidaron. Nunca tomamos té en el centro vestidos de cortesanas, nunca compramos mierdas de luces chinas para venderlas y hacernos ricas, no nos metimos en el gimnasio juntos, no hicimos un picnic en aquel parque del Picacho, ni nos fuimos sin pagar la cuenta en un restaurante fancy, tampoco vimos "Soñadoras" en youtube. ¿Yo? Yo si fuera el jueves, me suicido.
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