13 sept 2011

Layer 1: Inicio

Desde hace un año he intentado -sin éxito- doblegar a un bibliotecario en la Emory University de Atlanta, GA que se llama Steve Enniss. Aquí está una persona que lleva su vida regular y tranquila de bibliotecario de lunes a viernes en una universidad cuando de repente se ve acosado por un desconocido de Honduras que le manda correos, cartas, llamadas y demás. Me lo imagino en un bar luego del trabajo, desconcertado, agobiado, acudiendo a sus colegas bibliotecarios. "No sé qué quiere de mí" dice antes de tomar un trago de su whisky. Yo sí sé qué quiero de tí Enniss.




En 1932 la compañía filmográfica Pathé News grabó a una niña de seis años llamada Mary Flannery O'Connor que tenía una gallina que caminaba al revés. El filme se presentó en varios lugares de Estados Unidos haciéndola brevemente famosa. Al crecer Flannery O'Connor estudió ciencias sociales y luego de graduarse participó en el taller de escritores de Iowa donde un maestro de nombre Andrew Lytle publicó su trabajo en la revista de la universidad de Sewanee allí mismo en Iowa. Después O'Connor conoció al famoso traductor de los clásicos griegos -Eurípides, Sófocles, Homero- y a su esposa: Robert y Sally Fitzgerald, quienes la invitaron a vivir con ellos en Connecticut.


Mary O'Connor escribió en un género que llaman 'Gótico Sureño' lo que en realidad no importa porque los críticos del fajón bíblico nunca la entendieron. "Todo lo que viene del sur va a ser llamado grotesco por el lector del norte, a menos que sea grotesco, en cuyo caso lo llamarán realista" -decía. Sin embargo un día mientras trabajaba en su segunda novela O'Connor recibió una carta cuyo remitente firmaba "Elizabeth Hester". No sé qué decía esa carta pero sí lo que O'Connor contestó.


"Escribo de la forma que escribo porque (no aunque) soy católica. Este es un hecho y nada lo cubre como esa declaración franca. Sin embargo, soy una católica peculiarmente poseída de una consciencia moderna, esa cosa que Jung describe como ahistórica, solitaria y culpable. Poseer esto dentro de la iglesia es llevar una carga, la carga necesaria para el católico consciente. Es sentir la situación contemporánea hasta el máximo nivel. Creo que la iglesia es la única cosa que hará al mundo terrible al que vamos soportable; la única cosa que hace a la iglesia soportable es que de alguna forma es el cuerpo de Cristo y que de esto nos alimentamos. Parece ser un hecho que tienes que sufrir tanto de la iglesia como por ella pero si crees en la divinidad de Cristo, tienes que apreciar al mundo al mismo tiempo que tienes que luchar para soportarlo. Esto puede explicar la falta de amargura en mis historias.


La nota en The New Yorker no sólo fue imbécil, no tenía autor. Fue un caso en el que es fácil ver que el sentido de moral ha sido extraído de ciertos segmentos de la población, como las alas han sido extraídas de ciertas gallinas para que produzcan más carne blanca. Esta es una generación de gallinas sin alas, lo que supongo es a lo que se refería Nietzsche cuando dijo que Dios estaba muerto.


Fuiste muy amable al escribirme y la medida de mi apreciación debe ser pedirte que me escribas de nuevo. Me gustaría saber quién es esta persona que entiende mis historias."


Elizabeth Hester era una empleada lesbiana en una compañía de créditos al por menor en Atlanta que tenía la costumbre de mantener correspondencia con escritores influyentes del siglo XX, hasta 1998 cuando se suicidó disparándose con una escopeta. Mantuvo correspondencia con Mary por diez años y en 1987 entregó las cartas a la biblioteca de la Emory University con la condición de que se abrieran luego de veinte años y que su identidad se mantuviera secreta. Por eso el nombre de Elizabeth Hester fue cambiado por simplemente "A" en las cartas incluidas por Sally Fitzgerald en su compilación de la correspondencia de Mary, "The Habit of Being". Desde Mayo del 2007 la Emory University reveló estas cartas, lo que sensatamente significaría su apropiada digitalización mediante un fabuloso sistema escáner y su circulación libre en forma de plasma pixelínico a través del nexo web. Pero no. Son herméticamente resguardadas por un ente del mal. Un eunuco radioactivo. Una ponzoña privativa. Un bibliotecario en extremo elusivo llamado Steve. Steve Enniss. Marcá mis palabras, Esteban Eniseo: Algún día no podrás escapar.


Como sea, "¿Porqué esas cartas?". Los que preguntan y yo estamos en el templo de un dios muerto y no sólo tengo que soportar a los que están afuera sino a ellos que están adentro. Veo a mi alrededor y sólo hay gallinas sin alas, engordando. Mary me quiere hablar en sus cartas pero sólo tengo fragmentos.


Mary Flannery O'Connor fue diagnosticada de lupus en 1951 y se retiró a una granja en Andalusia, Georgia donde se dedicó a criar más de cien pavos reales, patos, gallinas, gansos, cisnes y cualquier tipo de ave exótica que pudiera conseguir hasta su muerte en 1964.


"Cuando tenía seis años tuve una gallina que caminaba al revés y que salió en Pathé News. Yo estaba también con la gallina. Yo sólo estaba allí para asistir a la gallina pero fue el punto más alto de mi vida. Todo lo demás ha sido anticlímax."

3 comentarios:

  1. Tenés una tremenda fluidez en tu escritura, Raúl, y además una efervescente manera de hacerlo leer a uno hasta el final, muy contemporáneo!

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  2. En serio que Fabricio tiene razón y lo hacés a uno leer hasta el fina. Bienvenido a Blogger.

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